Candelero de Oro
Gobierno para la Iglesia
El candelero de oro nos muestra el Orden Divino para el gobierno de la iglesia. (Éx. 25:31-40; 37:17-24). En realidad el gobierno de la iglesia ha sido dejado en manos del Espíritu Santo, representado por el candelero de oro puro. Cristo dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos”. El pie central del cual se originan todos los brazos, habla de la obra del Espíritu que lleva a cabo el liderato de Cristo. (Jn. 14:18).
Las siete candilejas hablan de los “siete espíritus” o siete expresiones de un Espíritu (Is. 11:2), que reflejan a Cristo. Romanos 12:6-8 da una lista representativa de siete ministerios que cada iglesia necesita.
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a) Las dimensiones del candelero no fueron dadas; bien que un talento de oro era su peso. “Uno” es significativo de Dios y en la iglesia local él será tan grande como se lo permitamos.
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b) El candelero tenía en total sesenta partes (incluyendo el aceite, los platillos, despabiladeras, tenazas y vasos del aceite). También tenía su pie, su caña central, siete brazos (contando el pie), veintidós copas y nueve flores. El número sesenta de acuerdo a las Escrituras representa la justicia.
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El gobierno divino de la iglesia es un modelo de la justicia de Dios en acción, que se lleva a efecto por su gracia. Sesenta es el resultado de cinco por doce, pues el número cinco es representativo de la gracia y el doce, de gobierno.
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c) Las veintidós copas eran “como almendras”. Los almendros son los primeros árboles en florecer en la tierra de Palestina, aún en el invierno, y su floración es pura y blanca. Con razón la palabra hebrea “almendro” significa “velar” o “estar alerta”.
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Las copas figuran la llenura o plenitud y, como hay veintidós de ellas, podríamos encontrar el mismo número de cosas en el Nuevo Testamento que muestran que debemos ser llenos de poder, sabiduría, fe, amor, ciencia, consuelo, etc. Estos no son más que frutos naturales de los “primeros frutos” para Dios y todos están dentro del gobierno de Dios.
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d) Las nueve “manzanas” pueden representar los dones del Espíritu. (I Co. 12:8-10). Una “manzana” era un adorno para el soporte superior del brazo y los dones son para establecernos en el reino celestial (Ro. 1:11), la palabra hebrea significa “ornamentos” y los dones sirven para adornar a la Esposa (Gn. 24:53; I Co. 1:7).
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e) Las nueve “flores”, expresivas del aroma de Cristo, muestran la importancia de los nueve frutos en el gobierno de la iglesia. Es interesante notar que a continuación del fruto referido en Gálatas 5:22,23, el contexto nos muestra cómo cultivar cada fruto. Por ejemplo, Gálatas 6:2 nos enseña cómo cultivar el amor.
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f) Aunque constituido por varias partes, el candelero era todo de una pieza de oro. Quebrantamos el orden del gobierno de la iglesia, si tratamos de edificar un reino para cada uno de nosotros. El ministerio no es nuestro, sino del Señor; nosotros somos uno con Cristo y también somos un solo cuerpo.
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g) El oro era “labrado a martillo”. Lo cual habla de un ministerio que necesita ser probado antes de que la iglesia lo reconozca en manera oficial. Toma nota que no hay madera ni elemento humano en él.
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h) Las candilejas ardían únicamente de noche. (Éx. 27:20,21; 30:7,8). Cuando venga el ocaso de la época milenial, no tendremos necesidad de lámparas en el cielo (Ap. 21:23). Ellas necesitaban en forma continua aceite fresco. Después de que Pablo dice: “Sois luz en el Señor” les amonesta al decir: “Sed llenos de Espíritu” (Ef. 5:8,18). La iglesia primitiva practicaba cada día horas enteras de oración.
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i) El candelero tenía despabiladeras (Éx. 37:23), para recortar las mechas, así como platillos para guardar los recortes. Lo cual sugiere que en las pruebas de los verdaderos ministerios Dios muestra su fidelidad en guardarlos, pues hasta nuestras lágrimas están en su redoma celestial. (Sal. 56:8). También este recorte muestra la importancia de la disciplina en la iglesia.
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j) Había tenazas de oro. (Éx. 25:38). Si alguno de los recortes caía en tierra, ninguna mano humana podía recogerlo. En manera análoga, si alguno trata de manipular al creyente mientras pasa por la prueba disciplinaria, sin hacer uso de las tenazas del amor de Dios, quebranta el Orden Divino.
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k) Había vasos para el aceite. (Nm. 4:9). Es necesario que haya reuniones de oración y tiempos de alabanza para echar mano de las reservas de Dios y así seamos guardados con unción. Sin estos vasos para el aceite, las candilejas pronto cesarían de alumbrar.
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l) Durante las jornadas de los israelitas, el candelero y los utensilios eran cubiertos con un paño cárdeno que se ponía en una cubierta de pieles de tejón, puesto sobre unas parihuelas y llevado sobre los hombros de los coatitas. El mundo sólo ve en nosotros la cubierta externa de la piel de tejón, no la belleza; pero, ¡Cuántas riquezas hay en su interior! (II Co. 4:7; Is. 53:2). La verdadera iglesia a menudo, carece de belleza externa. “Y el principado (gobierno) sobre su hombro” y por las parihuelas del Espíritu es llevado.